La bahía de Sitges volverá a llenarse de velas desplegadas, maderas nobles y emoción en el mar los días 27, 28 y 29 de junio, con una nueva edición de la Sitges Vela Clàssica, la regata de barcos clásicos, de época y de espíritu tradicional que organizan el Port de Sitges y el Club Nàutic Port de Sitges.
Considerada ya una de las citas imprescindibles del calendario de vela clásica en Cataluña, la Sitges Vela Clàssica combina competición náutica, elegancia estética y cultura marinera en un entorno inigualable: la bahía abierta del Port Sitges-Aiguadolç, con la iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla como telón de fondo y el Mediterráneo como escenario principal.

Barcos legendarios, protagonistas en Sitges
Durante tres días, una flota de unas veinte embarcaciones históricas y veleros tradicionales navegará frente a las costas de Sitges, ofreciendo un espectáculo único tanto en el mar como en tierra. Entre los participantes confirmados se encuentran barcos con historias singulares que han marcado época:
- Molly Q (1914): Cutter británico tipo Morecambe Bay Prawner construido por Crossfield en Arnside. Navegó por el mar de Irlanda combinando pesca y regatas, fue rescatado por el Barrow Lifeboat y perteneció a Selwyn Hooley, un entusiasta que impulsó la vela entre los jóvenes. Hoy, restaurado y con base en el Puerto de Sitges, aporta a la regata un siglo de historia.
- Nerissa (1965): Sloop bermudiano diseñado por Arthur Robb y construido por el astillero Beltrami, con una obra viva calafateada a mano y famosa por su estanqueidad. Propiedad del Conde Marone Cinzano. Su actual armador lo navega sin apenas uso de motor.
- Karmatán II (1960): Queche bermudiano diseñado por John Alden y construido por Astilleros Viudes. Fue el primer barco español en ganar la prestigiosa regata Giraglia (1962), y lo hizo tres veces en total. Tras décadas de olvido, fue restaurado íntegramente y hoy vuelve a navegar con orgullo mediterráneo.
- Islander (1937): Construido en Escocia por Dickie & Sons, este crucero de largo alcance fue llevado por Tom Blackwell a dar tres vueltas al mundo consecutivas entre 1968 y 1971. Un barco robusto y clásico, ejemplo de la ingeniería naval británica de preguerra.
Estas embarcaciones, clasificadas en distintas categorías según su antigüedad y tipo de aparejo, representan lo mejor del patrimonio náutico europeo, y su sola presencia en el Port de Sitges genera admiración y emoción entre aficionados y expertos.

